martes, 8 de noviembre de 2011

Es necesaria una mayor transparencia en la administración de la iglesia

Por Jonás Berea (jonasberea@gmail.com)
http://yoestoyalapuerta.blogspot.com/

Publicado también en
Café Hispano (Spectrum)

Recientemente la agencia oficial de noticias Adventist News Network ha informado de algunas reuniones de dirigentes adventistas en las que se ha tratado el asunto de la transparencia en la administración de nuestra iglesia. Según una noticia del 12 de abril de 2011 (publicada
sólo en inglés por ANN, pero traducida al español en la web de la Unión Española), en el consejo de primavera celebrado en abril de 2011 en Alabama (Estados Unidos), se expuso un documento de 12 páginas, “Transparencia y responsabilidad en los informes financieros”, que sugería «la necesidad de mejorar la cultura del liderazgo de la iglesia en todos los niveles de la organización», con el fin de generar una mayor confianza de todos los miembros de iglesia y de los interesados.

Según Juan Prestol, subtesorero de la Iglesia Adventista mundial, «no es un problema de auditoría, es una cuestión de carácter», «ya que las auditorías sólo descubren problemas después del hecho» y por tanto llegan demasiado tarde. Lo que se necesita, agregó, son «cambios en el ADN del liderazgo adventista».

El presidente mundial, Ted Wilson, dijo que los miembros del consejo no deben temer a las preguntas que se les presenten: «En los consejos, hagan preguntas. No asuman que otros se vayan a preocupar por ello». Insistiendo en la idea, el presidente de la División Norteamericana, Dan Jackson, agregó: «No debería haber amigos en salas de juntas… Si me siento en esa mesa y respondo a las preguntas sobre las que el consejo me pide explicaciones porque soy un amigo, realmente no tengo nada que hacer en esa mesa. Deben desafiarme y hacerlo con una sonrisa.»

Ella Simmons, vicepresidenta general de la iglesia mundial, planteó la cuestión de este modo: «Por supuesto nos centramos en operaciones financieras; pero ¿cómo podemos operar con integridad y de forma ética, si no valoramos el comportamiento ético en todas las áreas de nuestro trabajo, de nuestro ser, nuestras relaciones, nuestra calidad en el rendimiento? Debe ser integral».

Según
otra noticia, en el Concilio Anual de octubre de 2011 se trató el asunto de las cifras de miembros de iglesia. David Trim, director de archivos, estadísticas e investigación en la sede central de la Iglesia Adventista en Silver Sprint (Maryland, Estados Unidos), afirmó: «Las piedras pueden clamar, pero también pueden hacerlo las estadísticas de miembros si tenemos oídos para oír. [Las cifras] nos dicen que éstas no son completamente exactas», y añadió: «Creo que las inexactitudes no se han introducido por un deseo de engañar, sino por no llevar registros correctos. ¿Hemos exagerado las ganancias y disimulado las pérdidas?».

Cuando se apliquen las revisiones y auditorías planificadas para los próximos años, es probable que se constate una disminución general de los aproximadamente 17 millones que afirma tener la iglesia en todo el mundo. «El llamado a un mayor escrutinio de las estadísticas refleja un deseo de exactitud y transparencia», dijo Trim. «Como siervos de Dios y de su iglesia, la primera necesidad es ser abiertos y honrados al expresar las cifras de feligreses». Y en su exposición salió al paso de una posible respuesta según los esquemas clásicos basados en la preocupación permanente sobre las cifras: «Esto no significa que Dios no ha bendecido a la iglesia o que no la esté bendiciendo», dijo. «Significa que estamos siendo honestos».

«Realmente quiero expresar mi aprecio a la Secretaría por esta valiente medida», declaró Paul Ratsara, presidente de la División de África Meridional y Océano Índico. «Esta es una prueba de responsabilidad y transparencia para todos nosotros. Creo que realmente tenemos que hacerlo».

El
19 de octubre ANN informa de las declaraciones de Paul Douglas, que dirige el servicio de auditoría de la iglesia, en ese mismo concilio: «Como organización cristiana, hay una expectativa más grande de que cada persona –pero en particular los líderes– demuestren una conducta ejemplar en temas financieros, garantizando que estén de acuerdo a los principios bíblicos, los parámetros legales, las normas profesionales y los reglamentos denominacionales».

En ese encuentro se votó la aceptación del documento denominado “Transparencia y responsabilidad en los informes financieros”, presentado tiempo atrás por Douglas y Robert E. Lemon, tesorero de la iglesia mundial. El documento anima a los líderes de la iglesia en todo el mundo para que fomenten una mejor cultura de liderazgo, delineando lo que denomina “el ciclo de credibilidad”. Según ANN, «el liderazgo responsable y la auditoría transparente producen una mayor confianza entre todas partes interesadas. En la práctica, significa que los feligreses se sienten confiados al devolver los diezmos y las ofrendas porque ven que los fondos son administrados de manera juiciosa».

«La transparencia y la responsabilidad abarca mucho más que sólo actividades financieras», dijo Ted N.C. Wilson, presidente de la iglesia mundial. El documento incluye un mensaje suyo en el que hace un llamado a un «elevado nivel de integridad» para inspirar «confianza en el liderazgo».

G. T. Ng, secretario de la iglesia mundial, expresó que «la transparencia tiene que seguir siendo la postura natural de la iglesia». Algunos delegados sugirieron maneras en que el liderazgo puede promover un ambiente de transparencia: «dar ejemplo», «garantizar la apertura», «minimizar los riesgos de que la gente sienta temor de hablar», fueron algunas de las propuestas. Otro comentó: «No podemos suponer que las personas espirituales también son éticas y morales. Se necesita la capacitación adecuada».


Reflexiones

1. Es muy positivo que los dirigentes de máximo nivel de nuestra iglesia no sólo reflexionen, sino que además voten resoluciones que implican una actuación decidida en cuanto al problema de la falta de transparencia en la administración de la iglesia.

2. También es alentador encontrar información sobre estos asuntos en la agencia oficial ANN (léase también la interesante
Carta abierta a un dirigente adventista publicada en la Adventist Review).

3. La mayor parte de las declaraciones recogidas contienen implícita y hasta explícitamente una tan sana como necesaria autocrítica de los dirigentes con respecto a cómo se ha trabajado hasta ahora. Si se dice que «hay una expectativa más grande de que cada persona –pero en particular los líderes– demuestren una conducta ejemplar en temas financieros, garantizando que estén de acuerdo a los principios bíblicos, los parámetros legales, las normas profesionales y los reglamentos denominacionales», es obvio que no siempre se ha seguido esta línea de actuación. Cuando se insta a actuar de forma que «los feligreses se sienten confiados al devolver los diezmos y las ofrendas porque ven que los fondos son administrados de manera juiciosa», se está reconociendo que hay hermanos que desvían esas donaciones precisamente porque constatan una falta de transparencia.

4. Si se oyeran algunas de estas afirmaciones en boca de hermanos que no ocupan puestos de responsabilidad, quizá alguien las designaría con calificativos como “críticas destructivas”, “desconfianza en los hombres designados por el Señor”, u otros similares que más de una vez se han pronunciado. El hecho de que los máximos responsables se expresen en estos términos debería hacer ver a otros dirigentes que la crítica constructiva es imprescindible en nuestro medio, y que todos estamos llamados a hacerla sin que recaiga sobre nadie la sospecha de querer hacer daño a la iglesia. (Un ejemplo reciente de aportaciones constructivas: el documento
Ante la próxima Asamblea de la Unión Adventista Española).

5. Uno de los campos en los que tiene que haber un replanteamiento es el de la obsesión por las cifras de miembros. Gracias a Dios, hace años que el hermano G. T. Ng lo viene enfocando de forma renovadora, tal como analizamos en el artículo
¿Aumento o crecimiento?. Ahora bien, parece que algunos no pierden esa obsesión. Tal como informa ANN, el presidente de la División de Asia Pacífico Norte «reconoció la pérdida de decenas de miles de nombres durante una auditoría reciente. Sin embargo, nuevos esfuerzos de evangelización en la China y otras naciones de la división han marcado una recuperación de esas cifras, y se está discipulando y apoyando a los nuevos miembros para que sigan activos en la iglesia».

6. Es significativo, y a la vez muy triste, que tomar medidas de transparencia sea considerado como algo “valiente”, o que se inste a que la gente “no sienta temor de hablar”. Debería hacernos reflexionar profundamente el hecho de que entre hermanos se haya llegado a la situación en que algunos sientan temor por defender sus convicciones.

7. Aunque sin duda el camino por recorrer todavía es largo, es estimulante comprobar cómo el Espíritu de Dios está actuando para corregir errores y tendencias negativas que llevan mucho tiempo acumulándose.