Por Ignacio
Simal
Tomado del blog Pastor Dadaísta
Publicado también en Café
Hispano (Spectrum)
Nos hacemos eco de este magnífico artículo del pastor evangélico
Ignacio Simal sobre el tema de la transparencia en la iglesia. Se añaden
destacados en negrita. Acerca del mismo asunto se pueden consultar los
siguientes textos de A la
Puerta: Entre
vosotros no será así, Carta
abierta a un dirigente adventista, Ante
la próxima Asamblea de la Unión Adventista Española y Es
necesaria una mayor transparencia en la administración de la iglesia.
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Es una preocupación que se pierde en la noche de los tiempos
de mi biografía personal. Una preocupación que en los últimos meses ha vuelto a
hacerse palpable de una forma inusitada en el ejercicio de mi labor pastoral.
Conversaciones con amigos y la lectura de algunos textos han logrado que mi
preocupación se torne en ocupación a “full time”.
¿A que me estoy refiriendo? A la necesidad de que las iglesias se abran al mundo mostrando lo que ocurre
en ellas entre bambalinas. Como escribiera hace unos días Larry Hollon, secretario
general de comunicación de la Iglesia Metodista Unida, “en un momento en que el
mundo anhela transparencia y participación, la voluntad de la iglesia para abrir sus procedimientos y actuaciones a
la sociedad a través de los medios digitales es un signo de fortaleza y madurez”,
o ¿acaso las iglesias tienen algo que
ocultar...?
Es curioso, por no decir paradójico, que los cristianos y
cristianas regalen a sus amigos y conocidos los documentos internos de la
primera iglesia como un instrumento evangelizador –entendiendo que ello puede
propiciar el encuentro existencial con Jesús de Nazaret– y por otra parte
ocultemos los documentos internos de nuestra iglesia contemporánea en aras del
¿buen testimonio?, siguiendo a la letra el dicho popular que “los trapos sucios se lavan en casa”.
Lo digo, si cabe, más claro todavía. Cuando ponemos un Nuevo Testamento en las manos de nuestros amigos
estamos haciendo un ejercicio inconsciente de transparencia. Muchos “trapos
sucios” aparecen en las cartas de los primeros discípulos de Jesús. Son textos
que no sólo hablan de las virtudes de las primeras comunidades cristianas, sino
también explicitan los conflictos internos de las mismas. Dicho de otra manera,
estamos poniendo en sus manos lo que ocurría detrás del escenario eclesial en
los primeros decenios de la existencia de la Iglesia.
Cualquier movimiento
social, sindicato o partido político que tiene algo que ocultar no es de fiar,
no es digno de que depositemos nuestra confianza en el mismo. En nuestro caso
particular, la exigencia nos viene impuesta por el mismo Jesús de Nazaret
cuando dijo, “nada hay oculto que no haya de ser descubierto, ni escondido
que no haya de ser conocido y de salir a la luz” (Mt. 10:26; Mc. 4:22; Lc.
8:17;12:2).
Personalmente no estoy interesado en presentar una imagen
idealizada de la Iglesia
actual, estaría mintiendo de forma descarada. Y ese pecado es imperdonable en
un mundo como el actual, anhelante de “transparencia y participación”.
Cometeríamos un pecado tan imperdonable como lo fue la actuación de Ananías y
Safira (Hch. 5:1ss). La falta de
transparencia hiere de muerte a todo proyecto eclesial por muy bien planteado
que esté de cara a la galería. Sin embargo, algo ha venido en nuestra ayuda
para promocionar la honestidad y la transparencia de las iglesias, el mundo de las redes sociales. Hoy, más que en ninguna
otra época, podemos decir con Jesús que no hay nada “escondido que no haya de
ser conocido y de salir a la luz”.
No debemos, ni podemos negar que en los espacios eclesiales existen luchas por el poder, depuraciones e
intereses espurios. De negarlo estaríamos haciendo un mal servicio al nuevo
modelo de sociedad (reino de Dios) que anunció Jesús a través de su prédica y
su praxis.
El Evangelio nos
exige transparencia total, sólo así es posible anunciar una nueva manera de ser
comunidad. Personalmente no estoy interesado en presentar una imagen
falseada de la realidad eclesial, no me lo perdonaría, ni tampoco me lo
perdonarían mis contemporáneos. Nuestra agenda, en la medida de nuestras
posibilidades, es oponernos cara a cara con las conductas petrinas que fomentan
la hipocresía eclesial (Gál. 2:11-14), y ello hacerlo “delante de todos”. Y
digo oponernos no sólo a las conductas
ajenas, sino también a las propias, y ello hacerlo con “luz y taquígrafos”.
Finalizo afirmando, en mi opinión falible, que debemos
descorrer el velo que oculta el interior de la iglesia en un saludable
ejercicio de transparencia y honestidad existencial e intelectual. Sólo así
estaremos capacitados para llevar a cabo la misión que Dios nos ha encomendado.
Ignacio Simal Camps, 14 de mayo de 2012
Hola Jonás, soy Antonio.
ResponderEliminarEn Estados Unidos nació, se formó y se extendió por todo el mundo durante un siglo y medio la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y al parecer, desde Estados Unidos, también se va, se está produciendo ya, los cambios de actitud, culturales y machistas, para otorgar el derecho, algo tarde y aún resistente por parte de los jefes de la Iglesia Oficial, Ted Wilson and company, a la mujer el ejercer, como una persona más, el ministerio pastoral. Ni todos los hombres sirven para predicar por mucha voluntad que tengan, ni todas las mujeres por ser mujeres van a ser, creo, predicadoras ministeriales. Que cada un@ según su capacidad y vocación, haga lo mejor para apresurar la segunda venida de Jesús.
A continuación, y con tu permiso, subo ambas páginas sobre el tema de Spectrum. Gracias...
http://spectrummagazine.org/blog/2012/08/10/misleadership-prolonging-female-subordination
http://spectrummagazine.org/blog/2012/08/08/ted-wilson-takes-appeal-3abn-audience
Pienso que estos temas sí interesan a los miembros de la iglesia adventista, pues vengo observando un mayor y más participación de mujeres en las actividades de la Iglesia. Un cordial saludo y que Dios reparta salud, fe y sabiduría siempre...
Muchas gracias por tu aportación, Antonio. Saludos en Cristo. Jonás
ResponderEliminarEste blog no está activo; tiene continuidad en el siguiente blog:
ResponderEliminarhttps://jonasberea.wordpress.com/