Publicado también en Café Hispano (Spectrum)
Entre el 4 y el 8 de abril se celebró la XIX Asamblea de la Unión Adventista
Española (UAE). Trescientos cincuenta y siete delegados se reunieron en el
Colegio Timón de Madrid para tomar decisiones trascendentales sobre la marcha
de la iglesia en nuestro país. Según los estatutos, el 60% son delegados de las
iglesias y el 40% son ex officio (miembros
de la Asociación
General y de la División Euroafricana,
miembros del Consejo de la UAE
y directores de los departamentos y administradores de las instituciones, así
como pastores, colportores, educadores y obreros elegidos por sus colegas). En
esta ocasión el 73% de los delegados eran hombres y el 27% mujeres (a modo de
comparación, hay que señalar que la feligresía española está compuesta por aproximadamente
un 75% de mujeres).
En la web de la Unión
hay un enlace a los vídeos
del Centro de Producciones Multimedia que se fueron retransmitiendo
aquellos días, pero éstos sólo recogen las meditaciones y sermones, los
momentos en que se votó a los administradores, varias entrevistas
(especialmente a obreros que se jubilan y a sus esposas, también a algún
departamental), las actuaciones musicales y la ceremonia de despedida. Para
quienes no pudimos asistir, habría sido interesante disponer de vídeos de los
debates públicos de la
Asamblea, pero es comprensible que no se filmaran, pues para
muchos delegados resultaría incómodo ver que su participación en los mismos
está disponible para cualquier internauta.
Ahora bien, se
debería haber publicado en Internet la agenda con las propuestas de las
iglesias y las instituciones, así como un resumen de las decisiones tomadas
durante las horas de debate en la Asamblea. Así lo he sugerido a la administración
y al Departamento de Comunicaciones, animándoles también a agrupar en un
apartado de la propia web oficial los enlaces a las informaciones ya publicadas;
los ofrezco a continuación:
- Nuevos cargos y consejos directivos UAE 2012-2017 (también en la web de la iglesia de Valencia-Timoneda)
- Número especial de la Revista Adventista sobre la Asamblea (mayo de 2012); estuvo disponible en http://www.publicacionesadventistas.com, confiamos en que tras el rediseño de la web se vuelvan a colgar todos los ejemplares de la RA.
En el presente artículo ofrezco algunas informaciones
adicionales obtenidas de varios de los delegados y asistentes a la Asamblea, así como varias
reflexiones personales, muchas de ellas compartidas con otros hermanos que han
revisado este texto.
Preparación de la Asamblea
En cuanto a la preparación de la Asamblea, hay que señalar
que hubo algunos desajustes. Por un
lado con el número de delegados, que
resultó haberse calculado mal y que hubo que ampliar en fechas muy cercanas al
evento, de modo que a algunos delegados se les avisó de que lo eran con
bastante retraso.
Por otro lado, en cuanto a los plazos de presentación de propuestas por parte de las iglesias. Se
envió una circular el 15 de febrero de 2010 avisando a las iglesias de que
disponían de tiempo hasta finales de ese año para hacer propuestas a la Comisión Permanente
de Estatutos y Reglamento. Como resultaba chocante que el plazo se cerrara más
de un año antes de la
Asamblea, la circular creó cierta confusión entre quienes
tuvieron conocimiento de ella, por lo que se envió otra circular ampliando el
plazo hasta finales de 2011. Pero muchos hermanos ni siquiera habían sido
informados porque en sus iglesias no se empezó a hablar de la Asamblea precisamente
hasta finales de 2011, cuando no había tiempo para preparar propuestas. Alguna
iglesia improvisó reuniones administrativas precipitadas para poder
prepararlas.
Finalmente resultó que la circular del 15 de febrero planteaba
mal el asunto, pues en realidad durante todo el periodo interasambleario la Comisión de Estatutos
está abierta a recibir cualquier propuesta de las iglesias, independientemente
de la convocatoria de la
Asamblea. El problema es que casi nadie es consciente de
ello, porque nunca antes se había informado debidamente, ni en general se anima
a las iglesias a participar en ese proceso, al igual que ocurre con otras
comisiones que se crean y de las que no se informa a los hermanos (por ejemplo,
en el pasado periodo funcionaron una comisión de Ministerios de la Infancia para elaborar
nuevos materiales de Escuela Sabática infantil y una comisión de estudio del
asunto de los matrimonios mixtos y las segundas nupcias).
Finalmente, ante las consultas de unas pocas iglesias, en
las que algunos hermanos comprobaban que se acercaba la fecha de la Asamblea y que en sus
congregaciones no se estaban haciendo preparativos, se supo que el periodo para las propuestas generales se
extendía hasta febrero de 2012, dos meses antes de la Asamblea (debido a que
también hubo retraso en el envío a los delegados de los informes de los departamentos y de las
propuestas de la
Comisión Permanente de Estatutos aprobadas por el Consejo de la UAE). Como para entonces muy
pocas iglesias habían elevado propuestas, se
amplió el plazo hasta el 4 de marzo, treinta días antes del inicio de la Asamblea. Según el
reglamento aprobado en 2007, se estableció que cada iglesia podía elevar un máximo de tres propuestas. De este
modo, iglesias que habían elaborado y debatido ideas tuvieron que prescindir de
enviar muchas de ellas a la
Asamblea, mientras que otras apenas aportaron nada; teniendo
en cuenta que hay propuestas que se repiten, la consecuencia fue que la agenda resultó
en esta ocasión muy reducida.
Estos inconvenientes son resultado en gran medida de una concepción errónea sobre la Asamblea, entendida no como la culminación y concreción del
trabajo de cinco años realizado por las iglesias, sino más bien como un evento
puntual en el tiempo, en el cual se elige a los dirigentes de la iglesia y
ciertos delegados tratan asuntos generales durante unos días, para después dejar
que “todo siga su curso” hasta cinco años después. Se envían circulares a los
pastores, y se deja en sus manos determinar qué y cómo informarán a la congregación,
de modo que hay iglesias en las que
apenas se tiene noticia del proceso asambleario hasta unas semanas antes.
Resulta desalentador que hermanos de diferentes iglesias descubran, hablando
entre sí, las diferentes maneras en que en cada iglesia se está llevando a cabo
(o no) la preparación del evento, a
veces con gran confusión respecto a los plazos y los procedimientos, y con
dudas que en ocasiones ni los propios pastores pueden solventar.
Respeto a la preparación de la Asamblea en las instituciones,
en alguna de ellas los obreros debatieron
y votaron sus propuestas, pero luego la dirección eligió las que consideró
oportunas, eliminando alguna de las más votadas. Con estos sistemas de
filtrado no se respeta realmente la representación de la voluntad de los
miembros.
Revista con los informes
La
Unión Adventista publicó una revista especial recogiendo los
informes elaborados por los departamentos e instituciones de la iglesia, y no
sólo la envió a los delegados, sino que tuvo el acierto de ponerla a
disposición de los hermanos en
Internet. Mi valoración personal, y sin entrar en precisiones sobre cada
uno, es que los informes son bastante
desiguales: algunos resultan muy detallados y precisos; otros adoptan un
enfoque espiritual, muy positivo, pero alejado de lo que se entiende debe ser
un informe, pues no dicen nada de los objetivos marcados, las tareas
realizadas… No falta alguno, muy destacado, de línea prácticamente triunfalista,
sin referencias a las mejoras en aspectos institucionales que se esperarían en
un documento de esta naturaleza (uno se pregunta: ¿ha habido tales mejoras?).
Se agradece que algún dirigente destaque que “buscamos derribar la barrera
conceptual de ‘laico’ y ‘pastor’”.
El informe sobre
Safeliz oculta el dato fundamental de que la editorial está generando
beneficios. Teniendo en cuenta que hace unos años, con motivo de una supuesta
crisis de la empresa y en medio de numerosas irregularidades, se procedió al
despido improcedente de siete
empleados, y que recientemente se ha despedido a otro mediante el mismo
procedimiento, era imprescindible que los delegados contaran con esa
información.
Echo en falta en cada
informe un apartado de autoevaluación: deficiencias detectadas, planes que
no se han podido llevar a cabo, propuestas de mejora para el próximo ejercicio,
sugerencias y críticas recibidas por parte de los hermanos a lo largo de estos
años, en qué grado éstas se han atendido o no… Si los departamentos e instituciones
dieran a conocer a la iglesia al principio de cada mandato y de cada ejercicio
unos objetivos definidos, el informe de evaluación final incluiría la
evaluación en función de esos objetivos.
Trabajo de la Comisión de Nombramientos
La labor de esta comisión quizá represente el trabajo más
intenso de toda la Asamblea;
hay que agradecer a sus componentes el esfuerzo de permanecer durante largas
horas realizando la difícil labor de designar personas para las diferentes
responsabilidades, en una iglesia cada vez más numerosa en la que los delegados
no pueden conocer más que a una pequeña parte de los hermanos. Aun así, según
comentan algunos de sus miembros, es
deseable que se avance en una mecánica de trabajo en la que, en primer lugar se
definan los perfiles de los cargos, y luego se busque las personas que se
adecuen a ellos, de modo que los razonamientos para la elección de una
persona resulten más sólidos y se evite el apoyo basado en meras impresiones o
en amistad personal. La
Comisión de Nombramientos (CN) necesitaría tener información
más completa sobre los posibles candidatos a ocupar cargos.
No deja de ser chocante
que la administración de la iglesia llevara preparada a la Comisión una propuesta de
los miembros nuevos laicos que formarían parte de los consejos directivos de
las instituciones, y que se alegara que eran nombres previamente elegidos
por las direcciones de esas instituciones. ¿Cómo se habría interpretado que un
grupo de laicos, por ejemplo, hubiera tratado de presentar una propuesta de
este tipo en la CN?
Afortunadamente, la comisión actuó con la suficiente independencia como para
proponer a las personas que consideraran oportunas; aun así, resulta
preocupante la iniciativa de la administración. La presencia de laicos en los
consejos implica la representación de la iglesia en la dirección de las
instituciones, y por tanto éstos deben emanar de las bases (el conjunto de los
hermanos), no de la cúspide (dirigentes).
Estatutos y Reglamento
La
Asamblea aprobó varios cambios en los Estatutos y
Reglamentos, entre los que destacan los siguientes:
- Se restablece la Comisión Permanente de Planes y Resoluciones, que había sido eliminada en la Asamblea anterior, para asombro y disgusto de muchos. Es un instrumento fundamental de recogida, elaboración y propuesta de ideas y acciones que dinamicen el funcionamiento de la iglesia.
- Si durante la primera mitad del periodo interasambleario queda vacante la presidencia de la Unión, el Consejo de la Unión (CU) debe convocar una Asamblea extraordinaria para la elección de nuevo presidente; si la vacante se produce en la segunda mitad, será el CU quien lo elija. Sin duda ha influido en este cambio el hecho de que el actual presidente fuera elegido por el CU en 2007 pocas semanas después de la Asamblea, tras la dimisión del presidente elegido en ésta.
- Cada iglesia enviará a la Asamblea un delegado por cada 150 miembros (hasta ahora era uno por cada 100) y, una vez completados los tramos de 150 miembros, enviará uno más si el resto de miembros alcanza o supera los 75 (hasta ahora se enviaba uno más siempre que se superara un múltiplo de 100, aunque fuera por un solo miembro). Es un cambio comprensible, dado el gran crecimiento de miembros de los últimos años.
- El Consejo de la Unión constará de 21 miembros, frente a los 27 de que estaba formado hasta ahora.
- Las consideraciones, preguntas y propuestas de los delegados a la Asamblea deberán ser ratificadas por el Consejo de iglesia. Esta medida refuerza la idea de que se trata de una asamblea de iglesias, pero quizá recorta en exceso la posibilidad de que se incluyan en la agenda algunos puntos de interés complementarios a las propuestas de las congregaciones.
- En la elección de los administradores, si ninguno de los tres primeros nombres propuestos a la Asamblea obtiene la mayoría de dos tercios, la Asamblea deberá elegir entre los tres.
- La Asamblea vota por separado cada propuesta de directores de los departamentos, procedimiento que ya se aplicó en esta Asamblea, con buenos resultados.
Procedimientos
Bastantes delegados y asistentes a la Asamblea señalaron que el
documento Ante
la próxima Asamblea de la Unión Adventista Española, elaborado por un grupo
de miembros preocupados por la administración de la iglesia, había recibido una
amplia difusión, de modo que algunas iglesias se inspiraron en él para elevar
sus propuestas a la
Asamblea. Ello pone en evidencia la necesidad, señalada
muchas veces por numerosos hermanos, de que
antes de la Asamblea
haya cauces para intercambiar reflexiones y propuestas entre los miembros y las
iglesias, de forma que exista un proceso de maduración de ideas y
preparación de los delegados.
Aunque, advertidos sobre los errores
que en otras ocasiones se han cometido, algunos delegados se mantuvieron
atentos para que se cumplieran los procedimientos y no se cometieran
irregularidades, hubo momentos en que se
permitió que se votaran y siguieran procedimientos no contemplados. Por
ejemplo, algunos delegados propusieron, y se aceptó, que los estatutos y
reglamentos se votaran artículo por artículo, pero viendo que el proceso era lento,
se propuso seguir haciéndolo capítulo por capítulo (algunos capítulos tienen
hasta ocho artículos), de modo que no sólo se contradecía la decisión inicial,
sino también el Reglamento, que en el apartado 4.1 establece que “cada una de las propuestas que presente esta Comisión, se
votará por separado”.
Propuestas sobre transparencia y comunicación
Gran parte de los hermanos está pendiente de las decisiones
que se toman en la Asamblea
con respecto a los cargos administrativos. Pero no menos importantes son las
propuestas procedentes de las iglesias y las instituciones, que se debaten en
el plenario durante horas.
En primer lugar, hay que señalar que en esta ocasión,
comparando con asambleas anteriores, hubo
muy pocos puntos de agenda (lo cual refleja la poca participación de las
iglesias) y algunos eran reiterativos (algo que los organizadores de la agenda deberían
haber corregido). Sólo se tuvieron en cuenta las propuestas de las iglesias y,
a diferencia de lo que se ha hecho siempre, no se aceptaron propuestas de los
delegados.
En cuanto a las
resoluciones tomadas, apenas ha trascendido información pública. La Revista Adventista se limita a señalar que «ciertas
propuestas quedaron pendientes de estudio y viabilidad, y otras quedaron
descartadas por salirse de las competencias de la asamblea, propuestas que
quizá debieran haberse filtrado previamente. Se trató de buscar el responsable
específico para dar respuesta al grupo de propuestas relacionadas con temas
similares» (RA, mayo de 2012, págs. 5
y 6). A partir de la información proporcionada por varios delegados, podemos
conocer algunas decisiones de la
Asamblea.
Gran parte de las propuestas
reflejan el interés de los miembros por
que se potencie la transparencia en nuestro medio. El propio presidente
electo, en su primer
mensaje a la Asamblea, expresó su deseo de que Dios le ayude “a ser operativo, eficaz, transparente”.
En este sentido, se
aprobaron las siguientes propuestas:
- Dar a conocer a las iglesias a corto y largo plazo los proyectos de la presidencia y los departamentos, además de los presupuestos y las cuentas. (A varios meses de la Asamblea y a punto de comenzar el ejercicio eclesiástico 2012-2013, todas las iglesias deberían estar recibiendo estos proyectos).
- Enviar una vez al año a los consejos de las iglesias un informe sobre los diezmos y ofrendas y los proyectos realizados por los departamentos.
- Traducir el Working Policy de la Conferencia General y realizar las correspondientes adaptaciones a nuestra Unión, con el fin de que sea aprobado por el organismo competente. (Si esta traducción no va acompañada de acciones que fomenten su conocimiento entre administradores, pastores y laicos, el esfuerzo habrá quedado a medias).
- Elaborar un folleto informativo que resuma con apoyo gráfico la estructura administrativa de nuestra iglesia de modo que todos los miembros sepan qué es el Consejo de la UAE, y de qué miembros se compone, cuáles son las Instituciones de la Iglesia y cómo funcionan las asambleas.
- Informar a las iglesias sobre los costes de las convenciones.
- Publicar (en la Revista Adventista o por medio de boletines) los principales acuerdos tomados por el consejo de la UAE, así como de los acuerdos de las instituciones que afecten a la iglesia en general
Aunque algunas de las propuestas implican medidas
específicas, se puede comprobar que ante todo son principios generales; habrá
que estar atentos en cómo se concretan, pues se rechazaron algunas
propuestas que habrían comprometido a una aplicación precisa de esos
principios. Por ejemplo, se desestimó que
los administradores y departamentales informen a las iglesias semestralmente de
su trabajo y de la marcha de las instituciones en general. Siendo que sí se
aprobó que se informe sobre estos asuntos, queda por ver si se establecerá una
periodicidad fija para esos informes, o si por el contrario quedará al arbitrio
de los dirigentes. Teniendo en cuenta que, debido a la reducción de gastos,
parece que se va a limitar la visitación a las iglesias, resulta más necesario
que nunca que la feligresía disponga de información de primera mano sobre el
desarrollo de los proyectos.
Tampoco se aprobó
que se hagan públicos los proyectos de trabajo y la memoria anual de todos los
administradores y departamentos, estableciendo instrumentos de evaluación para
que la membresía pueda evaluar, sugerir y mejorar la gestión de la UAE, ni el establecimiento de un
sistema de evaluación de la gestión de la UAE y sus departamentos a fin de que los
administradores tengan referencias para la mejora de las actuaciones.
Se
rechazaron propuestas como la de publicar los Estatutos y el Reglamento de la UAE en la página web oficial
de la UAE, la de establecer
como norma que cada miembro de iglesia, máxime si pertenece a la junta de
iglesia u ocupa cargos institucionales, disponga de una copia de los Estatutos
y Reglamentos, así como del Manual de la Iglesia, y la de que se
realicen obligatoriamente auditorías externas, anuales y al cierre del
ejercicio económico, de las cuentas de la Unión y de todas las instituciones.
En cuanto a favorecer una mayor participación de pastores,
obreros y laicos en la toma de decisiones, creando los foros y cauces
necesarios para que su opinión sea tomada en cuenta, se consideró que ya
existían los cauces suficientes. Sería interesante que se aclararan cuáles son
esos cauces: si se refieren a la posibilidad de una comunicación personal al
dirigente correspondiente, estimo que es insuficiente, pues una vez comunicada
una idea o propuesta, no suele existir un sistema por el que los que la
expresan puedan conocer si se tiene en cuenta o no. En cuanto a las
convenciones (pastorales o de otros ámbitos), ¿cuentan con momentos y espacios
suficientes para la reflexión colectiva y la recogida y debate de ideas?
Propuestas sobre la administración
En relación con los
aspectos administrativos de la
Unión, se aprobó que los distintos
colectivos tengan representación en los diferentes consejos a todos los niveles
(UAE, departamentos e instituciones); optimizar los recursos humanos y
económicos; reducir el número de encuentros y de viajes, aprovechando el uso de
las nuevas tecnologías; celebrar las convenciones a escala regional; tener en
cuenta siempre las normas deontológicas y éticas, tanto en las Instituciones de
la Unión como
en las iglesias, en lo relacionado con la salud, la docencia, etcétera; y poner
a disposición de los hermanos una asesoría jurídica para los problemas legales
que puedan tener.
En cambio se rechazó volver a periodos administrativos de cuatro
años, en lugar de los cinco actuales. Tampoco se aceptó que tanto los
directores como los administradores de la UAE e instituciones, asuman, durante el ejercicio
de su función, la responsabilidad de la formación de futuros sucesores. No se
aprobó la propuesta de que todo lo que se recaude en las ofrendas (excluyendo
el diezmo), se reparta de forma equitativa entre la Unión y la iglesia local, en
un porcentaje que podría estar entre un 45% y un 55%, a negociar entre las
juntas de iglesia y la Unión.
Propuestas sobre las iglesias
Se aprobaron varias propuestas
relacionadas con las iglesias de la
Unión: crear un
medio para estar al tanto de quiénes y qué predican en los grupos que aún no
son iglesia para evitar que ciertas ideas peregrinas o disidentes tengan en
ellos un buen caldo de cultivo; velar por que en todas las iglesias se predique
conforme a las 28 doctrinas fundamentales de la Iglesia Adventista,
y que se tomen medidas en caso de que se prediquen falsas doctrinas. Cabe
preguntarse si no se velaba ya… Además, ¿a qué tipo de medidas hace referencia
la propuesta? Esta imprecisión no es positiva; conviene que la Asamblea defina bien las
decisiones que toma.
La constitución del Consejo
Adventista de Cataluña, propuesta basada en la decisión de la Asamblea de 2007 de crear
consejos autonómicos, ni siquiera se debatió, argumentándose que era un tema de
la Comisión de
Estatutos y Reglamentos y que ya lo estaban estudiando; lo cierto es que llevan
años haciéndolo.
Propuestas sobre los pastores y obreros
Se aprobó facilitar la posibilidad para que los obreros en
general reciban cursos y educación continua con vistas a mejorar su competencia
profesional y su desarrollo en otras áreas; recuperar la figura del pastor de
distrito y estudiar la incorporación a las iglesias a las hermanas con estudios
teológicos como obreras bíblicas. También se aprobó que los empleados de la
administración y las instituciones puedan participar en la evaluación de los
dirigentes. Durante el debate, el dirigente de una institución dijo que
habilitar ese procedimiento sería como dejar abierto el pasto para que el
rebaño entrara a comérselo (por lo visto el pasto es la Obra, y las ovejas los
empleados, los laicos... Según esto, permitir una evaluación de los dirigentes
por los subalternos sería como dejar que un rebaño entrara a arrasar el sagrado
espacio de la toma de decisiones). Posteriormente, ante las protestas de
algunos presentes, pidió disculpas públicamente por la comparación; aun así, es
significativa la mentalidad incrustada en ciertos estamentos…
Se
rechazó que haya controles
más serios, regulares y metódicos sobre el trabajo y la gestión que realizan
los pastores y que, una vez analizados los resultados, se tomen las medidas
oportunas; tampoco se aprobó que los pastores no empleen su tiempo para dar estudios
bíblicos, sino para enseñar y capacitar a los laicos para que los impartan. Se
rechazó aumentar el número de pastores en las iglesias y dar preferencia a los
formados en España y Europa.
Otras cuestiones
Se explicó que no se habían comprado locales para iglesias en el quinquenio pasado, y que se ha llegado
a la conclusión de que los diezmos no pueden ser usados en la construcción de iglesias
o edificios. Lo cierto es que, como señaló un delegado, para alcanzar esa
conclusión bastaba con leer un artículo del Working
Policy que indica claramente este punto.
Las oficinas de la Unión abandonarán su
sede en la calle Alenza de Madrid en cuanto estén terminadas las obras en
Colmenar Viejo, junto a la editorial Safeliz, a unos 30 kilómetros de
Madrid (tres cuartos de hora de viaje). Esta decisión ha suscitado algunas
dudas: los gastos de transporte que generará en los obreros y empleados que
trabajan en las oficinas, la pérdida de tiempo y los costes que supondrán
realizar numerosas gestiones lejos de la capital y, sobre todo, la
concentración de instituciones, una tendencia ya denunciada en su día por Elena
de White, y que puede provocar un exceso de uniformización y falta de
independencia.
La editorial Safeliz
deja de ser una institución de la Unión Española y pasa a depender de la División Euroafricana, por lo que en esta
Asamblea no se eligieron miembros laicos para su Consejo Directivo.
Información en las iglesias
He consultado a un buen número de hermanos sobre la manera
en que se informó en sus iglesias acerca de la Asamblea. Es bastante
común que se utilizara el tiempo de los anuncios entre la Escuela Sabática
y el culto para presentar el informe; en algún caso los delegados tuvieron que
insistir para que se ampliara ese tiempo, pues el pastor consideraba que con
diez minutos era suficiente. Lo más común es que se utilizara ese breve tiempo
para comunicar los nombres de los nuevos cargos, o incluso que se hablara sobre
cuestiones secundarias (jubilaciones…), pero es raro que se haya informado sobre
la composición de las comisiones, el
funcionamiento administrativo de la
Asamblea, los procedimientos de toma de decisiones, los
cambios en los estatutos... En algunas congregaciones se informó sobre la
aprobación o no de las propuestas que esa iglesia en particular había llevado a
la Asamblea,
pero no se me ha comunicado de ningún caso en que se presentara a la iglesia la
lista completa de propuestas debatidas ni que se tratara este asunto en
profundidad.
Es común que en las iglesias se informe brevemente,
alegándose que la mayoría de los hermanos están muy poco interesados en estas
cuestiones administrativas. En algún caso se insistió en que los delegados “fueran
positivos” a la hora de informar a la iglesia; nuevamente nos encontramos con
la obsesión por mantener una imagen idealizada sobre el funcionamiento de la
misma, sin asumir que las diferencias de opinión y los debates son algo natural
en la iglesia.
Reflexiones y propuestas
Comparto a continuación algunas reflexiones y propuestas.
Las siguientes afectarían al corto y el medio plazo:
- “Iglesia” procede del griego ekklesía, que significa “asamblea”. Por razones operativas celebramos una asamblea de iglesias periódicamente, pero eso no significa que las cuestiones organizativas se traten sólo una vez cada cinco años. El proceso de reflexión, elaboración y puesta en común de ideas y propuestas, supervisión de las labores realizadas… debe ser continuo.
- En este sentido, el restablecimiento de la Comisión Permanente de Planes y Resoluciones resulta estimulante. Sería deseable que esta comisión, así como la de Estatutos, tomaran la iniciativa de informar a las iglesias sobre su composición, sus objetivos y prioridades, su calendario de trabajo, e hiciera un llamamiento para que las iglesias y los hermanos pudieran elevarle ideas. Es tradición entre los adventistas, tanto en la escala local como en la nacional, esperar que los dirigentes lancen sus planes para sumarse (o no) a ellos, cuando lo deseable es que se desarrollen métodos de trabajo que partan de las bases hacia la cúspide. A veces se trazan planes con el objetivo de que los miembros participen en ellos… sin haber consultado a los hermanos sobre su valoración de los mismos, o sin haber sondeado qué propuestas pueden hacer los propios implicados (ver las reflexiones del pastor Burrill al respecto en El sacerdocio universal de los creyentes y el ministerio eclesial).
- Sería deseable que los administradores publicaran en Internet la agenda con las propuestas de las iglesias y las instituciones, así como un resumen de las decisiones tomadas durante las horas de debate en la XIX Asamblea. De este modo, cuando se comience a informar a las iglesias sobre el trabajo de las comisiones, se podría hacer un seguimiento en función de los votos tomados por los delegados. Además, no sólo es interesante saber qué se aprobó, sino también qué propuestas se rechazaron.
- Es un hecho que hay informaciones oficiales que se envían a los pastores y ancianos con el objetivo de que las comuniquen a las iglesias, y en algunas congregaciones esa información no llega, o llega de forma muy escueta, a los hermanos. La Unión debería habilitar mecanismos para asegurarse de que todas las iglesias y todos los hermanos reciben esas comunicaciones, quizá solicitando que se registre en los informes pastorales, quizá estableciendo normativamente que se pongan en el tablón de anuncios… Algunas de esas informaciones podrían publicarse sin problemas en la web de la Unión.
- A veces las cuestiones administrativas se presentan como un apéndice “extraño” en la vida de la iglesia, como un trámite penoso que hay que cumplir. Ciertamente, lo que nos interesa a todos los cristianos es compartir la vivencia del evangelio y profundizar en nuestra fe, y es comprensible que lo organizativo resulte menos atractivo. Pero no hay que olvidar que el evangelio nos proporciona principios prácticos para cada aspecto de nuestra vida, incluidas dimensiones como el trabajo diario o el compromiso social, que también pueden resultar penosos con frecuencia, pero que forman parte de nuestra vida espiritual.
- Sin caer en la obsesión por estas cuestiones, habría que fomentar en las iglesias el interés por las cuestiones administrativas, dedicando tiempos y espacios para tratar sobre ellas. Se suele alegar que a los hermanos les atrae poco el tema, pero ¿no será que muchas veces los responsables no muestran el suficiente entusiasmo por trabajar de forma horizontal y participativa? Poco interés puede haber sobre un tema del que apenas se tiene información… Y no es tan difícil suscitar ese interés: se puede presentar el sábado por la mañana un asunto que claramente afecte a los hermanos, plantear posibles vías de debate sobre el mismo, y convocar a la iglesia para por la tarde seguir trabajando ese asunto y otros. Si cada vez que en la iglesia se informa sobre alguna cuestión administrativa, los responsables aprovechan para explicar brevemente el ámbito y la forma en que se ha tomado esa decisión, habrá una mayor familiaridad con nuestra institución, y se verá como algo más cercano y transparente. No caigamos en la dejadez del “ya se os informará”, o del “a quien le corresponda tomará la decisión oportuna”.
A más largo plazo, de cara a la próxima Asamblea, convendría:
- Diseñar con suficiente antelación a la convocatoria de la siguiente Asamblea un calendario con la previsión de todos los plazos relacionados con el proceso, enviarlo a las iglesias para que se exponga en lugar visible y publicarlo en un lugar destacado de la web de la Unión.
- Redactar un pequeño manual con las indicaciones para la elección de los delegados, de manera que las iglesias tuvieran unos criterios claros y comunes, y no fuera necesario tener que buscarlos en los Estatutos y el Reglamento, cuya lectura a veces ofrece dudas e interpretaciones dispares.
- Ofrecer a cada responsable de realizar los informes que se llevan a la Asamblea un modelo en el que constaran las diferentes partes que deben componer el informe, incluyendo un apartado de autoevaluación: deficiencias detectadas, planes que no se han podido llevar a cabo, propuestas de mejora para el próximo ejercicio, sugerencias y críticas recibidas por parte de los hermanos a lo largo de estos años, en qué grado éstas se han atendido o no…
- Ofrecer a los miembros de la Comisión de Nombramientos un currículo preciso de cada pastor y obrero, que incluya no solo las titulaciones académicas oficiales y extraoficiales (haciendo distinción entre unas y otras), sino también los destinos y las habilidades personales.
- No poner un límite a las propuestas que las iglesias pueden elevar a las comisiones permanentes ni a la Asamblea, pues hay iglesias que participan poco y otras, en cambio, tienen que sacrificar algunas de sus propuestas ampliamente elaboradas.
Una vez más, haciéndome eco de ideas comentadas y
compartidas ampliamente con muchos hermanos, pongo a disposición de la iglesia
estas aportaciones, con el objetivo de crecer «en la obra del Señor siempre,
sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano» (1 Corintios 15: 58).
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