Por Jonás Berea (jonasberea@gmail.com)
Publicado también en Café Hispano (Spectrum)
Según informa Protestante Digital (2 de octubre de 2013), a lo largo de este años organizaciones e iglesias cristianas han
participado en la campaña Exposed2013, que concluyó la semana del 14 al 20 de
octubre con una serie de actos públicos en todo el mundo para concienciar de
los peligros de la corrupción y el coste que tiene para la humanidad. Dion
Forster, presidente y organizador de esta campaña, la presenta así:
“Nos encantaría contar con su
contribución para hacer brillar la luz de Dios y así poder detener el robo de miles de millones de dólares que debieran
destinarse a dar empleo, a dar educación de nuestros hijos y a la creación de
oportunidades para todos, para que así podamos ser las personas que Dios quiere
que seamos”.
“Es hora de que los cristianos y
cristianas tomemos medidas. Se puede
alcanzar un impacto mundial empezando con nuestro propio corazón y con nuestra
conducta, y haciendo que nuestra iglesia se involucre y adopte medidas al
más alto nivel”, proponen desde esta plataforma.
Al Descubierto-Exposed es en
definitiva “un llamado mundial a la acción
contra la corrupción; es decir, contra la codicia, los acuerdos
secretos y el abuso de poder en la esfera pública, y que afecta a los más pobres”.
La campaña se
anuncia en la web www.exposed2013.com, donde se habilitó un espacio para registrar las vigilias
de oración que se han celebrado como culminación de la campaña. El
mapamundi en el que aparecen indica que en
España sólo se convocaron dos (ambas por parte de una misma persona), lo cual
indica la poca repercusión que ha tenido la campaña, seguramente debido a una
insuficiente difusión (Protestante
Digital, medio de gran alcance, la dio a conocer con un año de antelación, pero hasta unos días antes del 14 de octubre no
volvió a tratar el asunto; las iglesias ya no habrían tenido tiempo para
programar su participación).
Es por tanto
demasiado tarde para organizar una vigilia, pero la citada página también
incluye la posibilidad de recoger firmas contra la corrupción para entregarlas al
G-20 en su próxima reunión, y ofrece unos materiales de trabajo y reflexión muy interesantes: unas orientaciones para evitar la
corrupción, una guía para líderes empresariales, unos estudios bíblicos sobre
el tema, una tarjeta de compromiso, un breve vídeo…
Según Protestante
Digital, “Exposed no es sólo un llamado a entidades, empresas, gobiernos y
organizaciones: también quiere
hacer un desafío personal.” “La acción personal es
vital. No podemos contar con que alguien más resolverá estos asuntos. Haz el
compromiso con Dios de actuar éticamente”. La tarjeta de compromiso personal
dice: “Quiero tomar en serio los estándares de Dios para una vida ética y quiero decir ‘no’
a toda práctica corrupta dentro de mi comunidad”.
Considero que como adventistas esta campaña nos apela
en varios sentidos:
1. Al igual que la
iniciativa evangélica Stop the Traffik,
contra el tráfico y la explotación de las personas, Exposed es un ejemplo de implicación sociopolítica
práctica, del estilo de las que sugería el artículo La iglesia ante las cuestiones sociopolíticas. Como iglesia, podemos estar
pendientes de la página web de Exposed para participar en otras posibles acciones.
2. Los materiales de trabajo que ofrecen podrían
ser una buena base para tratar este
asunto en las iglesias (programas de escuela sabática, sermones, reuniones
específicas, artículos en medios denominacionales…). ¿Cuándo es la última vez,
si es que la hubo, en que escuchaste hablar sobre la corrupción?
3. Socialmente, se entienden por corrupción los actos indignos
relacionados con el dinero. En contextos religiosos, el concepto se asocia a la perdición moral de la
persona que no ha aceptado a Dios en su vida; se tiende por tanto a hablar de
ella de una forma genérica, o si acaso ejemplificándola con pecados relacionados
con las debilidades humanas y los vicios que nos apartan de Dios. Pero, sin
desechar estos aspectos de la corrupción, una
auténtica concepción bíblica debe contemplarla en su dimensión total, que
incluye la integridad ante el Señor y ante nuestros semejantes, fundamentada en
la fe en un Dios que me propone unos principios inamovibles y a la vez me
ofrece su poder para vivir de acuerdo con ellos. Ello permitiría superar
algunas ideas que en ocasiones se pueden escuchar entre nosotros: “Yo soy fiel
a Dios, pero en cuestiones de negocios vivimos en un mundo que funciona como
funciona, y si pretendieras ser honrado en cada detalle, no podrías hacer
nada”.
4. La campaña
invita a desechar “toda práctica corrupta dentro de mi comunidad”. Y nuestra
iglesia es también nuestra comunidad. Y en nuestra
iglesia también hay corrupción, no sólo en cuanto a los pecados o vicios personales de los miembros, sino también en la organización; y la corrupción no sólo una cuestión económica,
sino que en ella deben incluirse las irregularidades, las arbitrariedades, la
desastrosa gestión de los recursos humanos, el incumplimiento de normas éticas
básicas o de las propias reglas denominacionales... A veces se justifican
ciertas prácticas apelando al contexto socioeconómico o a herencias del pasado.
Lo más frecuente, sin embargo, es negarlas o tratar de taparlas. La corrupción
se convierte en uno más de ciertos temas tabú:
esos asuntos que se cree que por mencionarlos la iglesia sale dañada (¿cuántas veces hemos oído lo siguiente?
“Mejor no mencionar eso, imagínate el daño que puede hacer a las personas que
acaban de conocer la iglesia, o a la pobre abuelita que siempre ha creído que
la iglesia es perfecta”). Cuando lo cierto es que la única forma
de combatir la corrupción, como cualquier otro pecado, es
afrontándola (es decir, con
transparencia).
5. Participar en este
tipo de campañas apela a nuestra propia regeneración. ¿Podríamos orar por
los dirigentes políticos, denunciar la corrupción y promover las prácticas
limpias, acordes con los principios cristianos, y a la vez hacer la vista gorda
ante la corrupción o la injusticia en nuestra iglesia?
6. Gracias a Dios, ya
hay hermanos que están trabajando para combatir la corrupción institucional en la Iglesia Adventista. Por ejemplo, está la iniciativa Members for Church Accountability (“Miembros a favor de la Rendición de Cuentas en la Iglesia”), que con
espíritu constructivo expone los graves errores cometidos, especialmente en el
ámbito de las finanzas, pues sólo conociendo la historia se puede evitar
repetirla. Su objetivo es que “los miembros de iglesia, los pastores y los
administradores interioricen las lecciones que enseñan”. La web incluye algunos
textos breves (p. ej., este o este otro) que exponen los
principios cristianos sobre la transparencia y rendición de cuentas, textos
que convendría traducir al español (desde aquí invito a que alguien se
anime a ello).
7. Iglesias contra la
corrupción, sí; pero también contra la corrupción en las iglesias.
Dijo Jesús: “Todo lo que habéis dicho en tinieblas, a
la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará
en las azoteas” (Lucas 12: 3).
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